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DICCIONARIO MEDICO: sepsis: todo

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Termino / Definicion
Cuadro clínico de dolor abdominal, que se presenta de forma brusca o aguda, con frecuencia causado por un proceso inflamatorio o perforativo de una víscera hueca intrabdominal. En muchos casos, el tratamiento es quirúrgico y urgente, para evitar o tratar la sepsis intrabdominal grave y diagnosticar la causa concreta del abdomen agudo. Casi siempre se acompaña de leucocitosis e hipersensibilidad a la palpación de la zona afectada del abdomen (por irritación del peritoneo visceral y, sobre todo, parietal). Con frecuencia hay fiebre y contractura muscular involuntaria del abdomen, por peritonitis difusa o localizada.

a) Causas de abdomen agudo que pueden precisar cirugía en algún momento:

Apendicitis aguda; colecistitis aguda; diverticulitis aguda; diverticulitis de Meckel; embarazo ectópico roto; enfermedad de Crohn complicada; hemoperitoneo; infecciones ginecológicas; isquemia mesentérica; megacolon tóxico; obstrucción intestinal; pancreatitis aguda; perforación de intestino delgado o grueso; perforación de úlcera gastroduodenal; rotura de aneurisma de aorta abdominal; rotura de tumores al peritoneo; rotura o torsión de quiste ovárico; traumatismo abdominal abierto o cerrado.

b) Causas de abdomen agudo que no requieren cirugía abdominal:

1) Frecuentes: cólico renal, dolor abdominal inespecífico, gastroenterocolitis.

2) Raras: cetoacidosis diabética, cistitis aguda, distensión hepática (hígado cardiaco, hematoma hepático, hepatitis viral o medicamentosa, infarto hepático), escroto agudo, hematoma del músculo recto abdominal, infarto agudo de miocardio, intoxicación digitálica, neumonía y pleuritis basal,
pielonefritis aguda, púrpura de Schonlein-Henoch y otras enfermedades reumáticas, retención urinaria, úlcera gastroduodenal no complicada, uremia.
Colección de material purulento en la médula espinal. Son poco frecuentes y están asociados a sepsis generalizadas, heridas penetrantes, cirugía o senos dérmicos congénitos. Los agentes causales más frecuentes son estafilococos, estreptococos y E. coli. El tratamiento es antibioterapia y cirugía.
La que es consecuencia de la acumulación de ácido láctico (superior a 5 mmol/l), como resultado de un aumento de su síntesis, de un defecto de su metabolismo o de ambas causas, debido a una alteración en la respiración celular. El ácido láctico es un producto terminal del metabolismo de la glucosa y su única vía de degradación es la oxidación hacia ácido pirúvico. Las causas son: hipoxia tisular (situación de shock, fallo agudo del ventrículo izquierdo, disminución del gasto cardiaco, anemia intensa o hipoxemia), intoxicaciones (alcohol, metanol, etilenglicol, salicilatos), enfermedades diversas tipo diabetes mellitus, sepsis, insuficiencia hepática, insuficiencia renal y déficit enzimáticos (p. ej., déficit de glucosa-6-fosfatasa). El objetivo principal del tratamiento es mejorar la oxigenación tisular mediante la administración de oxígeno, la restitución de la volemia y del gasto cardiaco, etc.
Putrefacción completa.
Ausencia de materia séptica; estado libre de infección. Método de prevenir las infecciones mediante la destrucción o la evitación de los agentes infectivos, en especial por medios físicos. También se denomina asepsis.
Enfermedad que se caracteriza porque el cerebro presenta múltiples cavidades quísticas en la sustancia blanca y el córtex, rellenas de LCR y separadas por tabiques gliales cicatriciales. Suele haber un antecedente de isquemia anóxica o sepsis perinatal.
Endocarditis provocada por la afectación infecciosa de la válvula. Habitualmente se produce tras una bacteriemia por agentes patógenos (en general, bacterias del género estafilococo o estreptococo), que colonizan y lesionan el endocardio, habitualmente valvular. La bacteriemia suele ser provocada por focos infecciosos extracardiacos locales (abscesos, flemones, neumonía, etc.) o generales (sepsis, bacteriemias en adictos a drogas por vía parenteral, etc.). Con mayor frecuencia afecta a pacientes con valvulopatías o portadores de prótesis valvulares, aunque no es infrecuente que afecte a válvulas sanas. Cursa con signos y síntomas de infección sistémica (fiebre, escalofríos), mayor o menor grado de afectación hemodinámica, dependiendo de la magnitud y tipo de válvula afectada (insuficiencia cardiaca) y embolismo séptico.
Infección que afecta al suelo de la boca y a los espacios submentoniano y submandibular. Se extiende a través de las fascias y no por los linfáticos. Es típica la historia de una extracción dentaria previa y una inflamación localizada posterior. La lengua se desplaza superior y posteriormente hacia el paladar, dificultando la respiración. Cuando la infección llega al músculo milohioideo, progresa rápidamente con trismus, odinofagia e induración del cuello, seguido de deshidratación y sepsis. Es fundamental mantener la permeabilidad de la vía aérea. El tratamiento se realiza con antibióticos administrados por vía intravenosa, traqueotomía y drenaje externo.
Insuficiencia grave, reversible o no, de más de un sistema orgánico vital (p. ej., función renal, función hepática, función pulmonar, función cerebral, función cardiaca). Se produce en pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos, casi siempre por la repercusión sistémica de una infección grave, traumatismo o enfermedad multisistémica. Ordinariamente, requiere tratamiento intensivo con respiración artificial, drogas vasoactivas y/o diálisis, debido a la alta mortalidad que se registra en esta clase de procesos. Ver Sepsis.
Muerte o necrosis de un tejido, generalmente por pérdida del aporte vascular de oxígeno, al que suele seguir un proceso de invasión bacteriana y putrefacción. Cuando se produce la sobreinfección, es urgente la amputación del tejido o miembro afectado para evitar la infección generalizada y la sepsis por bacteriemia. Las causas más frecuentes son la arteriosclerosis de extremidades inferiores y los traumatismos graves de los miembros. Ver fascitis necrosante.
Infección grave, causada por gérmenes anaerobios productores de gas, del tipo de la fascitis necrosante, que produce gangrena (rápida necrosis por isquemia) de los tejidos afectados (sobre todo músculo y fascias, y, a veces, piel). Ver bacteriemia, enfisema, fascitis necrosante, sepsis.
Cuadro de comienzo brusco de hematuria, proteinuria, a menudo acompañado de insuficiencia renal y retención de sal y agua (síndrome nefrítico). El arquetipo o modelo de esta infección es la glomerulonefritis postestreptocócica (v.), pero puede ser secundaria a otras infecciones, bien bacterianas (endocarditis infecciosa, sepsis visceral, salmonellosis, neumonía neumocócica, meningococemia, gonococemia, fiebre tifoidea, etc.), víricas (hepatitis B, varicela, mononucleosis infecciosa, paperas, etc.), parasitarias (malaria, toxoplasmosis, etc.). La curación de la infección resuelve, habitualmente, la inflamación glomerular.
Aumento del impulso respiratorio, del esfuerzo muscular y del volumen de ventilación por minuto, que justifica un descenso de la presión alveolar de CO2, por debajo de los valores normales. Puede producirse por hipoxemia, trastornos metabólicos, enfermedades neurológicas, fármacos, enfermedades cardiovasculares, fiebre, sepsis o neumopatías (fibrosis, embolia pulmonar, asma bronquial?).
Reducción del flujo sanguíneo renal (hipoperfusión uni o bilateral) bien por disminución del volumen sanguíneo total, redistribución de la sangre u obstrucción. Sus causas suelen ser: complicaciones quirúrgicas, hemorragia, traumatismo, rabdomiolisis con mioglobinuria, sepsis por gram-negativos, hemorragia posparto, pancreatitis, etc. Puede condicionar una insuficiencia renal aguda por necrosis tubular. En casos de obstrucción unilateral (estenosis renal, embolia, etc.) pueden dar lugar a un infarto renal agudo o a una atrofia renal (isquemia crónica).
Trastorno hematológico poco frecuente, caracterizado por una gran leucocitosis neutrofílica 100 X 109 l, encontrándose en la fórmula un gran predominio de neutrófilos (80-90%), con abundantes granulocitos en banda. Suele incidir en pacientes mayores de 50 años, que presentan hepatoesplenomegalia. Hay que hacer un diagnóstico diferencial con las reacciones leucemoides neutrofílicas por sepsis y también con paraneoplasias que cursan con neutrofilias extremas.
Intervención que consiste en la extirpación de tejido pancreático y peripancreático necrosado, que se produce en la pancreatitis aguda grave. En la actualidad se considera que debe realizarse cuando se demuestre que ese tejido está infectado o cuando, aunque no esté infectado, está provocando una mala evolución general del paciente, a pesar de cuidados intensivos. Ver fallo multiorgánico, pancreatitis aguda necrohemorrágica, pancreatitis aguda necrotizante, sepsis.
Forma muy grave de fallo renal agudo, que cursa, habitualmente, con anuria y es secundaria a problemas obstétricos (aborto séptico, placenta previa, etc.), sepsis graves (meningococo), lactantes con una deshidratación severa o por la obstrucción de las arterias renales. Puede ser total (incompatible con la vida a no ser que se utilicen técnicas de diálisis) o parcelar (posible recuperación parcial y temporal de la función renal).
Afección que se caracteriza por una infección bacteriana inespecífica del parénquima renal y de las vías urinarias superiores (pelvis y cálices). Hay un infiltrado celular inflamatorio de polimorfonucleares y, a veces, microabscesos en el intersticio renal. La infección puede tener un origen hematógeno, habitualmente ascendente, con factores favorecedores como las uropatías (tipo litiasis, obstrucción, reflujo vesicoureteral), enfermedades predisponentes (diabetes mellitus, nefropatía por analgésicos, etc.). Cursa con fiebre, escalofríos y dolor lumbar o abdominal, náuseas, vómitos, mialgias y disuria-polaquiuria. Puede ocasionar infecciones metastásicas (esqueleto, endocardio, ocular, sistema nervioso central) y sepsis generalizada. Los gérmenes pueden alcanzar el riñón por vía hematógena, ascendente desde la vejiga (la mayoría), o por vía linfática desde el intestino. Son más frecuentes en mujeres y sus factores facilitadores son el embarazo o la presencia de una obstrucción urinaria, reflujo vesicoureteral, vejiga neurógena o maniobras urológicas (sondaje, litotricia, etc.). La identificación del germen se efectúa con cultivos de orina y de sangre. Se trata con antibióticos, a veces de forma prolongada.
Inflamación con trombosis séptica de la vena porta o de alguna de sus tributarias, generalmente por extensión de un proceso séptico intrabdominal (p. ej., apendicitis aguda, diverticulitis aguda, enfermedad inflamatoria intestinal, etc.). Ver sepsis, trombosis.
Neorrecto que se construye utilizando el íleon, al plegarlo varias veces sobre sí mismo, uniendo esos tramos con suturas mecánicas tipo GIA. Así se construye una bolsa de unos 150 ml de capacidad que sustituye, en parte, la función de almacenamiento que hace el recto. El reservorio puede construirse con forma de S, de W o de J; esta última es la que más se emplea. Esta es una de las formas de completar la proctocolectomía total, que puede asociarse a una ileostomía terminal, si no se quiere la continencia, o a un reservorio ileal suturado al canal anal, si se busca la continencia y el tránsito por vía anal. Es una intervención arriesgada por el riesgo de dehiscencia de sutura y sepsis pélvica, pero que actualmente se realiza, casi siempre, tras una proctocolectomía. Su resultado funcional es variable en cuanto a la continencia y al número de deposiciones diarias, que puede oscilar aproximadamente entre 4 y 15. Ver colitis ulcerosa, continencia, íleon, ileostomía, poliposis crónica familiar, proctocolectomía.
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fecha actual: 24/04/2024 21:52:51 - actualizado: April 27, 2018