Lázaro Blanco, teniente y alcalde mayor de la ciudad de Compostela, en el Nuevo Reino de Galicia, Nueva España, en cumplimiento a la memoria e instrucción solicitada por el rey, por medio de la Real Cancillería del Reino de Nueva Galicia, informó que en la ciudad de Compostela, conforme a la relación solicitada, señalaba que era muy sana y no se conocía en ella enfermedad propia. Los indios, sabido de sus enfermedades, decían que eran catarro, viruelas, a su tiempo calenturas, y que cualquier enfermedad, en general, se curaba con el "picite", que en España llamaban "beleño", y el copal, resina de un árbol, olorosa. Con estas cosas se curaban de sus enfermedades.