El virrey Revillagigedo, en la ciudad de México, ordenaba pregonar el bando sobre "Baños públicos, lavaderos y temascales", señalando que: "... siendo sumamente difícil evitar la concurrencia de hombres y mujeres dentro de los placeres y temascales, como es factible siempre que puedan servirse de una propia casa, lo cual está rigurosamente prohibido por algunas disposiciones del Supremo Gobierno, conviniendo conforme a ellas cortar de raíz los desórdenes que son de persuadirse resultarían de la unión de ambos sexos en tales parajes... por ningún motivo... servirá una misma casa para hombres y para mujeres... y para conocimiento del público se pondrá en la puerta, como estaba determinado antes, una tablilla de letra abultada y permanente, en la que se lea: Baño para mujeres, o Baño para hombres."